Por último menciono una causa emocional que puede explicar que el gato tiemble al respirar y además jadee. Se trata del estrés.
En esta situación el gato va a respirar de una manera rápida, agitada,
superficial y con la boca abierta, mantendrá las pupilas dilatadas,
pasará la lengua por los labios repetidas veces y tragará saliva.
Lo primero es dejar tranquilo al gato
y, después, buscar el desencadenante del estrés para poder evitarlo o
acostumbrar al gato a ello paulatinamente. Un veterinario especializado
en comportamiento felino o un etólogo podrán ayudarnos.
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